Kim Kardashian ha concedido una larga entrevista a GQ, jugando con la idea de que, de no ser una mujer, el trabajo empresarial que ha realizado con su millonaria empresa SKIMS bien podría auparla al puesto de 'Hombre del año' de la revista. Y, en dicha charla, la también influencer ha hablado de todas sus ramas familiares, tanto anteriores como posteriores.
De ahí que, a sus 43 años, la más mediática de las Kardashian hable sobre su padre, Robert Kardashian, puesto que ella ya ha vivido prácticamente el mismo tiempo con él que sin él, ya que falleció en 2003. Sobre todo, porque a pesar de ser recordado hoy en día como buen amigo y abogado de O.J. Simpson, también fue un importante empresario.
De ahí de hecho la fortuna con la que hizo que sus hijas —Kourtney, Kim, Khloé y Robert Jr.— se criasen en una mansión de Beverly Hills. Pero además, llegadas a la adolescencia, hizo trabajar para él a sus tres hijas en su compañía, Movie Tunes, que proporcionaba música para cines.
"Mi padre me hacía firmar un contrato para todo", ha rememorado Kimberly. “Cuando me compró un coche, me obligaba a lavarlo una vez por semana, y me tenía que asegurar de que siempre tuviese suficiente gasolina y, por supuesto, no estrellarlo. Fue un regalo que me hizo cuando tenía 16 años, pero ya me incluyó responsabilidades", ha añadido.
Asimismo, poco después, Kim decidió iniciar un negocio de reventa de ropa a través del portal eBay. Robert le dio el visto bueno y le permitió usar su tarjeta de crédito para iniciarlo, pero con la condición de que su hija tendría que liquidar esa deuda en poco tiempo, contando con los intereses. "Trabajaba en mi empresa pero le daba mi sueldo", ha agregado.
Ahora, ha afirmado, quiere inculcar esa ética de trabajo a sus hijos. En especial, por ser la primogénita, a North West, de quien ha confesado que ya ha comenzado su primer negocio: un puesto de limonada. "Coge una jarra enorme, la llena, la mete en su carrito y se baja a la esquina. Allí tiene una mesa, sillas y ventiladores para el calor. Les hace señas [a los viandantes] y se queda allí horas y horas. Como sus amigos la ayudan, comparte el dinero con ellos", ha revelado.
Sin embargo, ha hecho una confesión que ha sorprendido a sus fans y a las redes, que a modo de broma consideran a la joven un "caballo de Troya" en la lucha de clases: a quienes sabe que son ricos porque conocen a sus padres, les estafa.
"Si una persona al azar se detiene, le va a cobrar solamente 2 dólares. Pero si sabe quién eres, te va a estafar cien por cien. Recibo llamadas de mis amistades diciéndome que les ha cobrado 20 dólares por una limonada. Porque North coge el billete de 20 dólares y dice: 'No tengo cambio'", ha explicado.
Aun así, Kim Kardashian ha finalizado puntualizando que intenta que sus hijos "sean lo más normales posible y vivan en un vecindario donde puedan ir en bicicleta a las casas de sus primos". "Pero entiendo que no es una vida normal. Nunca vamos a tener una vida familiar normal, pase lo que pase. Pero como madre, quiero protegerlos tanto como pueda", ha dicho.
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