Un grupo de investigadores españoles de la Agencia Estatal de Investigación (AEI) ha detectado que el impacto del cambio climático en los animales va más allá de la falta de agua, del aumento de temperaturas o de la escasez de algunos alimentos. También les afecta en su comportamiento y personalidad. Y no es algo baladí porque «intervendrá en su supervivencia o en la capacidad de la reproducción», advierten las investigadoras. Así lo ha constatado el proyecto Perpantar que estudia el comportamiento de los pingüinos en la Antártida . «Son los centinelas de la conservación en este ecosistema», apuntan en un comunicado. «Son los primeros en sufrir la emergencia climática», destacan. En los últimos años, la Antártida ha sufrido un importante aumento de las temperaturas a pesar de ser el único continente no habitado por los humanos, pero s ufre las consecuencias del calentamiento globa l. Este incremento ya tiene su impacto en la dinámica oceánica que, según varios estudios, provoca que la extensión de hielo marino se funda y afecte a la cadena alimentaria de los pingüinos. Sin embargo, la falta de krill, el ingrediente esencial en la dieta de estas aves marinas, no es la única zona sombría en el futuro de estos animales antárticos. La sobrepesca, la destrucción del hábitat, las enfermedades emergentes, la contaminación y, sobre todo, el cambio climático «son las principales amenazas identificadas». No obstante, los investigadores de la Agencia Estatal de Investigación han querido incorporar una variable más: el estudio de la personalidad. «Es crucial para la comprensión de estos efectos en estos centinelas», explican. El comportamiento individual, aseguran los investigadores, tiene consecuencias en los procesos ecológicos, como las relaciones depredador-presa, interacciones parásito-hospedador, competencia, sociabilidad, apareamiento, crianza, cuidado parental, demografía, dispersión, colonización o distribución en los hábitats, entre otros. Las primeras conclusiones del equipo de Perpantar destacan tres hallazgos principales entre los que se encuentran importantes cambios en la personalidad de varias especies. Los primeros datos recabados han permitido constatar que los pingüinos Papúa se muestran más tímidos y asustadizos que los Barbijo o de Adelia, junto a disparidades entre individuos de una misma especie, como comportamientos más atrevidos en las hembras que en los machos. «Que un pingüino de las especies Barbijo, Papúa o de Adelia, las tres que estudiamos en este proyecto, se muestre más tímido, agresivo o explorador que el resto intervendrá en su supervivencia o capacidad de reproducción», apunta Josabel Belliure, investigadora de la Universidad de Alcalá (UAH). Desplazamientos de miles de kilómetros Este no ha sido el único hallazgo de Perpantar y que presentó los datos en el último Congreso Internacional de Pingüinos, celebrado el pasado septiembre en Viña del Mar. El calentamiento global ha provocado la aparición de nuevas enfermedades en especies ya liberadas de ellas. «Algunos pingüinos presentan hemoparásitos transmitidos por garrapatas, lo que está afectando a su comportamiento de forrajeo», revela la investigación. «Esto afecta al comportamiento de alimentación de los adultos reproductores». Además, el equipo informó durante el Congreso que ha registrado movimientos migratorios hacia posiciones con tendencias más al Sur y al Oeste de las conocidas hasta la fecha. Algunos individuos se desplazan hasta 5.000 kilómetros. El registro de las migraciones ha sido posible gracias a la colocación de geolocalizadores y emisores satelitales en los pingüinos, destacan los promotores del proyecto. «Son datos preliminares y que habrá que esperar a contar con todos los datos para definir con precisión los efectos de la emergencia climática en la personalidad de los pingüinos antárticos», explican las investigadoras Morandini y Belliure.
jueves, 7 de marzo de 2024
El cambio climático «trastoca la personalidad» de los pingüinos
El cambio climático «trastoca la personalidad» de los pingüinos:
Un grupo de investigadores españoles de la Agencia Estatal de Investigación (AEI) ha detectado que el impacto del cambio climático en los animales va más allá de la falta de agua, del aumento de temperaturas o de la escasez de algunos alimentos. También les afecta en su comportamiento y personalidad. Y no es algo baladí porque «intervendrá en su supervivencia o en la capacidad de la reproducción», advierten las investigadoras. Así lo ha constatado el proyecto Perpantar que estudia el comportamiento de los pingüinos en la Antártida . «Son los centinelas de la conservación en este ecosistema», apuntan en un comunicado. «Son los primeros en sufrir la emergencia climática», destacan. En los últimos años, la Antártida ha sufrido un importante aumento de las temperaturas a pesar de ser el único continente no habitado por los humanos, pero s ufre las consecuencias del calentamiento globa l. Este incremento ya tiene su impacto en la dinámica oceánica que, según varios estudios, provoca que la extensión de hielo marino se funda y afecte a la cadena alimentaria de los pingüinos. Sin embargo, la falta de krill, el ingrediente esencial en la dieta de estas aves marinas, no es la única zona sombría en el futuro de estos animales antárticos. La sobrepesca, la destrucción del hábitat, las enfermedades emergentes, la contaminación y, sobre todo, el cambio climático «son las principales amenazas identificadas». No obstante, los investigadores de la Agencia Estatal de Investigación han querido incorporar una variable más: el estudio de la personalidad. «Es crucial para la comprensión de estos efectos en estos centinelas», explican. El comportamiento individual, aseguran los investigadores, tiene consecuencias en los procesos ecológicos, como las relaciones depredador-presa, interacciones parásito-hospedador, competencia, sociabilidad, apareamiento, crianza, cuidado parental, demografía, dispersión, colonización o distribución en los hábitats, entre otros. Las primeras conclusiones del equipo de Perpantar destacan tres hallazgos principales entre los que se encuentran importantes cambios en la personalidad de varias especies. Los primeros datos recabados han permitido constatar que los pingüinos Papúa se muestran más tímidos y asustadizos que los Barbijo o de Adelia, junto a disparidades entre individuos de una misma especie, como comportamientos más atrevidos en las hembras que en los machos. «Que un pingüino de las especies Barbijo, Papúa o de Adelia, las tres que estudiamos en este proyecto, se muestre más tímido, agresivo o explorador que el resto intervendrá en su supervivencia o capacidad de reproducción», apunta Josabel Belliure, investigadora de la Universidad de Alcalá (UAH). Desplazamientos de miles de kilómetros Este no ha sido el único hallazgo de Perpantar y que presentó los datos en el último Congreso Internacional de Pingüinos, celebrado el pasado septiembre en Viña del Mar. El calentamiento global ha provocado la aparición de nuevas enfermedades en especies ya liberadas de ellas. «Algunos pingüinos presentan hemoparásitos transmitidos por garrapatas, lo que está afectando a su comportamiento de forrajeo», revela la investigación. «Esto afecta al comportamiento de alimentación de los adultos reproductores». Además, el equipo informó durante el Congreso que ha registrado movimientos migratorios hacia posiciones con tendencias más al Sur y al Oeste de las conocidas hasta la fecha. Algunos individuos se desplazan hasta 5.000 kilómetros. El registro de las migraciones ha sido posible gracias a la colocación de geolocalizadores y emisores satelitales en los pingüinos, destacan los promotores del proyecto. «Son datos preliminares y que habrá que esperar a contar con todos los datos para definir con precisión los efectos de la emergencia climática en la personalidad de los pingüinos antárticos», explican las investigadoras Morandini y Belliure.
Un grupo de investigadores españoles de la Agencia Estatal de Investigación (AEI) ha detectado que el impacto del cambio climático en los animales va más allá de la falta de agua, del aumento de temperaturas o de la escasez de algunos alimentos. También les afecta en su comportamiento y personalidad. Y no es algo baladí porque «intervendrá en su supervivencia o en la capacidad de la reproducción», advierten las investigadoras. Así lo ha constatado el proyecto Perpantar que estudia el comportamiento de los pingüinos en la Antártida . «Son los centinelas de la conservación en este ecosistema», apuntan en un comunicado. «Son los primeros en sufrir la emergencia climática», destacan. En los últimos años, la Antártida ha sufrido un importante aumento de las temperaturas a pesar de ser el único continente no habitado por los humanos, pero s ufre las consecuencias del calentamiento globa l. Este incremento ya tiene su impacto en la dinámica oceánica que, según varios estudios, provoca que la extensión de hielo marino se funda y afecte a la cadena alimentaria de los pingüinos. Sin embargo, la falta de krill, el ingrediente esencial en la dieta de estas aves marinas, no es la única zona sombría en el futuro de estos animales antárticos. La sobrepesca, la destrucción del hábitat, las enfermedades emergentes, la contaminación y, sobre todo, el cambio climático «son las principales amenazas identificadas». No obstante, los investigadores de la Agencia Estatal de Investigación han querido incorporar una variable más: el estudio de la personalidad. «Es crucial para la comprensión de estos efectos en estos centinelas», explican. El comportamiento individual, aseguran los investigadores, tiene consecuencias en los procesos ecológicos, como las relaciones depredador-presa, interacciones parásito-hospedador, competencia, sociabilidad, apareamiento, crianza, cuidado parental, demografía, dispersión, colonización o distribución en los hábitats, entre otros. Las primeras conclusiones del equipo de Perpantar destacan tres hallazgos principales entre los que se encuentran importantes cambios en la personalidad de varias especies. Los primeros datos recabados han permitido constatar que los pingüinos Papúa se muestran más tímidos y asustadizos que los Barbijo o de Adelia, junto a disparidades entre individuos de una misma especie, como comportamientos más atrevidos en las hembras que en los machos. «Que un pingüino de las especies Barbijo, Papúa o de Adelia, las tres que estudiamos en este proyecto, se muestre más tímido, agresivo o explorador que el resto intervendrá en su supervivencia o capacidad de reproducción», apunta Josabel Belliure, investigadora de la Universidad de Alcalá (UAH). Desplazamientos de miles de kilómetros Este no ha sido el único hallazgo de Perpantar y que presentó los datos en el último Congreso Internacional de Pingüinos, celebrado el pasado septiembre en Viña del Mar. El calentamiento global ha provocado la aparición de nuevas enfermedades en especies ya liberadas de ellas. «Algunos pingüinos presentan hemoparásitos transmitidos por garrapatas, lo que está afectando a su comportamiento de forrajeo», revela la investigación. «Esto afecta al comportamiento de alimentación de los adultos reproductores». Además, el equipo informó durante el Congreso que ha registrado movimientos migratorios hacia posiciones con tendencias más al Sur y al Oeste de las conocidas hasta la fecha. Algunos individuos se desplazan hasta 5.000 kilómetros. El registro de las migraciones ha sido posible gracias a la colocación de geolocalizadores y emisores satelitales en los pingüinos, destacan los promotores del proyecto. «Son datos preliminares y que habrá que esperar a contar con todos los datos para definir con precisión los efectos de la emergencia climática en la personalidad de los pingüinos antárticos», explican las investigadoras Morandini y Belliure.
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