Podemos sigue enrocado, o el Ministerio Igualdad o la guerra interna en Sumar. La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, rechazó este viernes la última propuesta de la líder de Sumar, Yolanda Díaz, de que un miembro de su partido, Nacho Álvarez, fuese ministro a cambio del cese de los ataques contra Díaz y de un apoyo mutuo de cara a las próximas elecciones europeas. Escasos minutos tardó Belarra en responder rotunda que ni hablar, que "los ministros de Podemos los elige Podemos". Un fuego cruzado que ha desembocado en la renuncia del propio Nacho Álvarez a ser ministro y su marcha de Podemos con un mensaje rotundo: "La actual dirección ha perdido la confianza en mí".
Podemos ha dado un paso más en la línea de defensa de su autonomía y de la potencia dentro de la coalición de Sumar, que pasa por defender el deseo morado de seguir en el Gobierno y con Irene Montero al frente de Igualdad.
En la pugna por el ministerio 'caliente' Podemos se juega la visibilidad como partido la próxima legislatura. De ahí que la formación morada no solo no tire la toalla sino que esté tensando la cuerda hasta un minuto antes de que Pedro Sánchez dé a conocer su nuevo Gabinete.
Belarra, que apoyó "por enorme responsabilidad" la investidura de Pedro Sánchez el jueves, ha insistido en que "lo mejor que (Podemos) puede aportar al gobierno de coalición es profundizar en las transformaciones feministas, al frente del Ministerio de Igualdad".
Sumar afronta la encrucijada de repartir las carteras que le toquen entre un espacio que tiene a Podemos (con cinco de 31 diputados), pero también a Izquierda Unida, Más País, En Comú Podem y Compromís...
Belarra ha expresado su temor de que Díaz y Sánchez lo que pretenden es echar a Podemos del Consejo de Ministros. Y por ese motivo no deja de defender que los votos de sus cinco diputados se merecen un ministerio del núcleo duro morado. Pablo Iglesias ha recordado que no estar en el Gobierno conllevaría que Podemos emprendiera "una trayectoria independiente" respecto de la coalición de Sumar.
Pero la indisciplina de Podemos no es de ahora. Empezó cuando ni siquiera se había formado el nuevo grupo parlamentario de Sumar, a la carrera y fruto de una coalición in extremis marcada por los tiempos electorales de Sánchez. Corría el mes de julio y ya se adivinaba que las tensiones heredadas del enfrentamiento entre Errejón e Iglesias afectarían al funcionamiento interno.
El portavoz saliente de los morados Pablo Echenique ya hizo público al calor de la alianza electoral una reivindicación de la "autonomía" de Podemos dentro de la coalición, que Podemos pediría Gobierno y que se reservaría el derecho a saltarse la disciplina de voto en temas sensibles.
El propio día de las elecciones, el 23 de julio, Pablo Iglesias dijo en una entrevista que "a partir de ahora cada partido, de manera autónoma dentro de Sumar, tomará sus propias decisiones y se hará ver".
La decisión se revalidó internamente a primeros de noviembre, cuando Podemos pidió a sus bases aprobar un nuevo documento político que, entre otras cosas, establecía que Podemos solo se aliaría con Sumar cuando resultara "útil", se respetase la "autonomía" del partido y las listas se configuren mediante "primarias sin vetos". El plan, en palabras de Ione Belarra, pretende frenar una operación que tiene "como objetivo sustituir a Podemos por una izquierda servil al régimen".
Este documento es con el que Belarra se legitima para defender la necesidad de que exista un Podemos "fuerte" y autónomo que mantenga su propio espacio frente a Sumar. El día de su aprobación, la líder de Podemos ya trufó su discurso de referencias al futuro Gobierno. "Hay algunas cosas que si no las hace Podemos no las hace nadie", dijo Belarra. Si los morados no están en el Consejo de Ministros, el Gobierno nacerá "lastrado", denunciaba.
El político con el que Sumar busca la concordia con Podemos, Nacho Álvarez, lleva meses sonando como ministrable. Ya en verano, Podemos dijo, como repite ahora, que no les valía que fuera Yolanda Díaz la que escogiera cuál de sus dirigentes estará en el Gobierno. Álvarez es secretario de Economía de Podemos y portavoz económico de Sumar. Por su estrecha colaboración con Díaz ha sido notorio su distanciamiento del resto de la dirección de Podemos, aunque mantenga el cargo.
Por el contrario, para el puesto que Díaz quería que fuera para Álvarez, el principal candidato ahora es alguien que en su día fue muy cercano a Pablo Iglesias pero que acabó saliendo de Podemos por la puerta de atrás: su exsecretario de Internacional, Pablo Bustinduy. El dirigente, que tiene buena relación con Yolanda Díaz, ha participado en la redacción del programa electoral de Sumar y suena como la opción para la cartera de Derechos Sociales. Pero su nombre, desde luego, no será suficiente para calmar las aguas y evitar que Podemos se reste definitivamente de Sumar.
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