Más de 80 países apoyan la conferencia internacional de paz propuesta por Sánchez
MADRID, 22 (EUROPA PRESS)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha marcado como prioridad para esta legislatura el reconocimiento del Estado palestino pero quiere que no se limite a un mero gesto declarativo sino que cuando se produzca contribuya de alguna manera a la paz y por ello prevé trabajar con otros socios europeos para hacerlo de forma consensuada, según explican fuentes gubernamentales.
Durante su discurso de investidura, Sánchez dijo que su "primer compromiso" sería, en base a la proposición no de ley que ya aprobó el Congreso de los Diputados en 2014, "trabajar en Europa y, por supuesto, en España para reconocer al Estado palestino".
Desde Moncloa explican que la voluntad del presidente del Gobierno es trabajar con otros países de la UE que aún no han reconocido el Estado de Palestina para que se produzca dicho reconocimiento con el objetivo de que el mismo pueda contribuir a la paz y no limitarse a un mero gesto declarativo.
Las fuentes admiten que el Gobierno podría optar por la vía unilateral y reconocer a Palestina en solitario, como ya hizo en 2014 Suecia, habida cuenta de que se trata de una decisión soberana, pero consideran que tiene más peso si se hace junto a otros estados miembro.
En la actualidad 139 países de todo el mundo reconocen a Palestina como Estado, entre ellos Rusia o China, pero solo nueve estados miembro de la UE figuran entre ellos. Ocho de ellos --Bulgaria, Chipre, República Checa, Hungría, Malta, Polonia, Rumanía y Eslovaquia-- dieron el paso en 1988, antes de su entrada en la UE.
En el caso de Suecia, el reconocimiento de Palestina fue una promesa electoral de los socialdemócratas en 2014 que una vez en el poder cumplió el primer ministro, Stefan Lofven. Entonces, su ministra de Exteriores, Margot Walstrom, dijo que Estocolmo había dado el paso como gesto a los palestinos moderados y para generar "una nueva dinámica en el estancado proceso de paz".
Sánchez considera que ha llegado el momento de tomarse realmente en serio la cuestión tras mucho tiempo en el que la comunidad internacional ha venido hablando de una solución de dos estados que vivan en paz y seguridad uno al lado del otro pero sin materializarlo, lo que ha generado desesperanza entre los palestinos.
Con todo, las fuentes insisten en que España reconocerá a Palestina en el momento oportuno y cuando hacerlo tenga un verdadero sentido político que contribuya a colmar las aspiraciones legítimas de los palestinos y llevar la paz a la región.
CONFERENCIA INTERNACIONAL DE PAZ
Es aquí donde se enmarca igualmente la propuesta de Sánchez de celebrar una conferencia internacional de paz una vez cese la violencia actual y que tiene que servir para dar un horizonte político a los palestinos.
Fuentes gubernamentales sostienen que son ya más de 80 países los que respaldan la propuesta española, entre ellos los 27 estados miembro de la UE así como los que integran la Liga Árabe y la Organización para la Cooperación Islámica (OIC), que dieron su respaldo en una reciente reunión celebrada en Arabia Saudí.
El último en dar su apoyo al planteamiento de Sánchez ha sido el presidente chino, Xi Jinping, este mismo martes durante la cumbre de los BRICS en Sudáfrica. También la ONU y Estados Unidos han acogido de forma positiva la propuesta, aunque no entra entre sus prioridades más inmediatas.
El Gobierno se ha marcado un horizonte temporal de unos seis meses para que se puedan dar las condiciones propicias para que sea una conferencia exitosa en la que estén presentes las partes y la comunidad internacional, que tendrá que acompañar a israelíes y palestinos en la búsqueda de una solución.
Estas serán dos de las cuestiones que Sánchez abordará con total probabilidad en la gira que realizará este jueves y viernes junto al primer ministro belga, Alexander de Croo, y que les llevará a Israel, Palestina y Egipto.
Allí, tienen previstos encuentros con el presidente israelí, Isaac Herzog, y el primer ministro, Benjamin Netanyahu, el presidente palestino, Mahmud Abbas, y el presidente egipcio, Abdelfatá al Sisi.
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