Argentina celebró este domingo sus elecciones presidenciales para elegir a un nuevo jefe de Gobierno en la que prometía ser una jornada histórica. Más de 35 millones de argentinos estaban llamados a las urnas en las elecciones más inciertas de los últimos años, en las que los sondeos apuntaban a una victoria de Javier Milei, el polémico candidato ultraliberal de La Libertad Avanza, lo que hubiera supuesto un cambio de gobierno en Argentina.
Sin embargo, el candidato peronista de Unión Por la Patria y actual ministro de Economía, Sergio Massa, dio la sorpresa al imponerse con un 36,6% de los votos frente al 30% de Milei y al 23,8% de los votos de la candidata conservadora de Propuesta Republicana, Patricia Bullrich.
Los porcentajes, sin embargo, no son suficientes para que Sergio Massa llegue a la Casa Rosada, y tal como establece la ley electoral argentina, si ningún candidato obtiene el 45% de los votos o el 40% con una ventaja de 10 puntos con el segundo, se celebrará una segunda vuelta entre los dos candidatos más votados, según informa la CNN.
La participación de las elecciones, de un 77,67%, ha sido el segundo peor dato de concurrencia de los argentinos a las urnas desde el final de la dictadura en 1983 y el retorno de la democracia.
Massa y Milei disputarán la segunda vuelta
En la segunda vuelta, por lo tanto, se decidirá quién será el nuevo presidente de Argentina. Este proceso, llamado "balotaje", se celebrará el próximo 19 de noviembre, y medirá cuál de las dos candidaturas obtiene mayor apoyo: si la opción peronista de izquierdas de Sergio Massa continúa en el Gobierno o, por el contrario, la candidatura ultraliberal de Javier Milei alcanza la presidencia.
En su declaración tras esta primera victoria electoral, Massa ha agradecido a sus votantes, ha reconocido que "el país vive una situación compleja" y ha pedido la confianza para formar un Gobierno de unidad y "construir una nueva etapa para la historia política argentina" tras la segunda vuelta.
Por su parte, Milei ha destacado el valor de disputar una segunda vuelta "contra el kirchnerismo". "En dos años vinimos a disputarle el poder a lo más nefasto que dio la historia de la democracia moderna", aseguró el candidato ultraconservador, que pidió el voto en la segunda vuelta para un cambio en la política del país latinoamericano: "No podemos permitir que el kirchnerismo nos siga destruyendo la vida. O cambiamos o nos hundimos".
Estas elecciones se celebran en el contexto de una grave crisis económica en Argentina, la tercera economía más grande de Latinoamerica, que sufre una inflación del 138% anual, con el peso devaluado y un 40% de la población viviendo por debajo del umbral de la pobreza.
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